El rebalanceo de un portfolio es una práctica importante para mantener una asignación de activos adecuada y ajustada a los objetivos de inversión.
Nuestras estrategias se balancean al final de cada trimestre, o antes de ser necesario.
Un ejemplo:
Supongamos que tu portfolio de inversión tiene una composición inicial de 60% de acciones y 40% bonos y las acciones aumentan su participación a 70% -lo que puede suceder por factores relacionados a la volatilidad del mercado- se venderían acciones para comprar bonos y restablecer la proporción original de tu cartera.