La reciente elección presidencial en Estados Unidos terminó con la victoria de Donald Trump, quien consiguió 279 votos en el colegio electoral, mientras que Kamala Harris se quedó con 223. Esto cambia el mapa político en comparación con 2020, cuando Joe Biden ganó en varios estados importantes.

Trump ganó en Wisconsin, Pennsylvania y Georgia y lidera en otros estados importantes como Michigan, Nevada y Arizona, consolidando así su posición en territorios estratégicos. Además, superó a Harris en la elección con más de 71.6 millones de votos frente a los 66.6 millones de Harris, un logro significativo para un candidato Republicano, teniendo en cuenta que en elecciones recientes el voto popular fue en su mayoría para los Demócratas.

El respaldo hacia Trump se mostró especialmente fuerte en Florida, donde ganó por más de 13 puntos, una diferencia considerablemente mayor a los 4 puntos de ventaja obtenidos en la elección anterior. Asimismo, en Texas y otros estados republicanos, Trump amplió su ventaja, mientras que Harris enfrentó una dura contienda en Virginia, un estado históricamente Demócrata que ahora reflejó una diferencia mínima.

La situación en estos estados evidencia un cambio notable en la dinámica de apoyo regional, donde los Republicanos mantienen una fuerte presencia en el centro del país, mientras que los Demócratas dominan en las costas Este y Oeste, aunque con márgenes más estrechos que en 2020.

Notablemente, los mercados reaccionaron de manera positiva. Los principales índices bursátiles en Estados Unidos subieron hasta un 3%, reflejando un optimismo en torno a una administración republicana favorable al crecimiento económico y a la desregulación en varios sectores clave. Trump vuelve a la Casa Blanca y hoy los bonos estadounidenses aumentaron y la medida de volatilidad del mercado de valores cayó.

En las últimas horas el dólar se fortaleció a nivel mundial, apreciándose frente a otras monedas, como el Euro, lo cual refuerza la posición de EEUU como un atractivo para la inversión en medio de un contexto global incierto.

En un movimiento adicional de los activos financieros, el bitcoin alcanzó un nuevo máximo histórico, impulsado por la expectativa de una regulación más flexible y una adopción más amplia de activos digitales bajo la administración de Trump.

El discurso de victoria de Trump reafirmó su compromiso con un enfoque de gobierno que prioriza los intereses estadounidenses, y se espera que en su mandato busque consolidar las políticas que le dieron un fuerte respaldo popular.

En definitiva, lo que va a influir mayormente en las carteras en 2025 son los planes de gobierno que se lleven a cabo y, en este sentido, el partido de Trump piensa en expandir el gasto, incrementando las expectativas inflacionarias en el medio/largo plazo. Esto, combinado con el recorte de tasas realizado por la Reserva Federal significará probablemente mayores desequilibrios monetarios y fiscales a futuro.

Se vaticina que la administración Trump podría restablecer medidas de protección, como el aumento de los aranceles a las importaciones, lo que podría fortalecer al dólar estadounidense, ya que los inversores internacionales buscarían refugio en una moneda percibida como más estable. No obstante, estas acciones también podrían generar un aumento de las tensiones comerciales, lo que a su vez podría llevar inestabilidad los mercados globales.

Es también para este tipo de escenario que pensamos los activos de cada estrategia.